Los Nidos Mueren En Invierno

La vida del mundo literario tiene una muy particular forma de expresarse frente a todos los hechos de conducta patrocinados por el ser humano. Algunos de ello son el poder ambicionado como meta ultima, el derecho inaplazable a la retaliación que tiene la venganza, el amor como instrumento del engaño para lograr el ascenso social no merecido, la corrupción a que se ha llegado en los estratos de la vida social y aquellos otros que podamos deducir de los ya mencionados. Todo ello adquiere el toque mágico de la palabra en la obra ficción literaria Los Nidos Mueren en Invierno. Esta obra es presentada al lector como una historia de ocurrencias en las que los personajes realizan buenas, malas y perversas acciones que afectan sus vidas sin posibilidades de redención. En algunos de los lectores, la historia dejará el recuerdo de la existencia de una inteligencia perversa cuyo ocultamiento es la sombra que abraza a la acción que por ser posiblemente verdadera se oculta en la trama, lo que nos lleva a pensar de qué sustancia está formado el espíritu del hombre moderno que como el de todas las épocas terminó envidiando de los poderosos, su forma de soñar, hacer y realizar ambiciones sin límites ni cortapisas. Para otros, la obra les descubrirá cierta tipo de la inteligencia tramposa que nunca ha dejado de existir, la que le suministra al ladrón las ideas para cometer el crimen perfecto y hacerse al invento genial de un hombre inocente que la justicia termina por darle calificación de ladrón mientras el poderoso mundo del petróleo le abre las puertas al verdadero criminal al que le facilitan el acceso al poder de la industria automotriz internacional, los contratos de miles de millones de dólares que el gobierno y la NASA aportan para el desarrollo de viajes espaciales, acciones que entrelazan el dinero con personajes que nunca tuvieron el menor límite para lograr que su poder se sobrepusiera sobre los idearios fundamentales del más civilizado…